2007/11/27

.Sonam

[.] sentimiento mismo el compartíamos [:] verdad la supe instante ese en [,] tuyos los de mar límpido el en hundieron se ojos mis y intento infatigable segundo un en conectaron se vistas nuestras que en momento el en mas [,] quizás vergüenza por [,] mirada la desvié [,] tonto un como [,] Luego [.] huella insondable una dejando [,] mí en imbuído hubiese se ser tu de partícula cada contacto en estuvimos que en segundo el durante si como Fue [.] expresarlo para exactas palabras las encontrar logro no [,] inefable aún Es
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2007/11/24

Delirio

Una sensación de desenfreno total corría por sus venas, sentía como cada fracción de su cuerpo se entregaba a aquel sentimiento que jamás, en toda su larga existencia, había sentido con tal fervor. Tenía ganas de correr, saltar, gritar, salir de esa habitación de anómalas e irregulares paredes, llenas de moho y polvo que guardaban en su memoria años de recuerdos, buenos y malos, dichosos y desdichados, que albergaban en su más pura esencia a la soledad.
Millones de pensamientos recorrían su mente, divagaciones sutiles que le envolvían, le acechaban, mostrándose como un subterfugio para huir de aquella melancolía que, a fin de cuentas, era más que un simple sentimiento, era parte de su vida. Lo había acompañado desde su nacimiento hasta la vejez, era, ante todo, su pareja, lo escoltaba en sus acciones y decisiones, sumida en mutismo, pero ahí, siempre... siempre. Incluso en aquella habitación que le resultaba ajena ahora, estaba con él, mirándolo desde uno de los recodos, silenciosamente, sólo mirándolo, observándolo, contemplándolo...


Un estruendo, pasos, un hombre, un grito. Una vida que se va.

2007/11/21

Cappuccino


- ¿Hola?
- ¡Hola!
- ¡Tantos años!
- Pues sí, la verdad es que ha pasado mucho tiempo.
- ¿Y, qué ha sido de tu vida?
- Millones de cosas, como sabrás, mi vida siempre fue agitada.
- Así es, recuerdo que desde que éramos chicos siempre tenías cosas que hacer.
- Pero eso es bueno.
- Sí, aunque a veces me dan ganas de dejar todo de lado.
- Es normal creo yo, el hombre a lo largo de su historia se ha caracterizado por eludir las responsabilidades.
- El problema radica en que si uno no las cumple, no puede vivir, acuérdate que mal que mal, el hombre es también dependiente.
- ¡Es por eso que ahora nos encontramos de casualidad! Cada cual cumpliendo sus compromisos.
- ¿Mucho que hacer?
- Un poco, la oficina me absorbe.
- ¿Tienes un tiempo para un café con un viejo conocido?
- ¡Un viejo amigo querrás decir!
- ¿Cappuccino?
- Cappuccino.

2007/11/18

Ollisap


Una luz. Un pasillo. Una habitación. Una voz. Una silueta. Su silueta.

Un largo y amplio pero oscuro pasillo se enfrenta a su desnudez. Comienza a caminar, inmiscuyéndose en aquel lúgubre lugar que, a la vez, le genera temor y tranquilidad; puede sentir las fibras de la soledad insertándose en su piel tal como si fueran las escamas de un frágil pez.

El seco sonido que produce al caminar retumba en los fríos y sombríos muros para luego regresar a su fuente, esperando que un nuevo avance lo haga resplandecer nuevamente, y, mientras el camino se hace más pequeño, se vislumbra una tenue y efímera luz; es capaz de verla, de sentir su calor en cada parte de su cuerpo, pero no puede alcanzarla ya que está detenido, algo lo aprisiona al suelo, una fuerza: un miedo.

Una habitación medianamente iluminada espera por él al otro extremo del pasillo, pequeña, sencilla y acogedora; blanca con diminutos sofás, sillas, muebles, cuadros y una chimenea, desde la que crepitan candentes llamaradas de fuego que juegan acariciando la silueta de alguien; alguien que está sentado en un sofá, esperando.

Desde aquel inamovible espacio puede escuchar una voz, dulce, suave, tierna; una voz que le parece similar, una voz que es su voz, que lo llama, que proviene de aquella silueta que es su silueta y que espera pasivamente a que dos fragmentos de su ser vuelvan a reunirse: su Alma y su Cuerpo.
Entonces puede caminar.
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Isabel, te prometo que lo continuaré.

2007/11/13

Bosque

¿Has sentido alguna vez la necesidad de buscar un lugar donde puedas gritar, correr, saltar, o simplemente sentarte a meditar, aunque sea por un momento, sobre tus acciones y sobre tu vida?










Ve y camina por el Sendero sin rumbo, ya que verás, que más temprano que tarde, aparecerá frente a ti, sin necesidad de que lo busques.





Escucha a los árboles, ellos te guiarán.

2007/11/09

Etreum


“Ya se acerca, la siento desde la lejanía, ahora, en los últimos días de mi vida, por primera vez, me preocupa lo que pueda hacerme. Tengo miedo, es verdad, pero es extraño, este miedo es diferente, es reconfortante, siento que podré liberarme al fin, que quizás sea una suerte que llegase ahora y no antes. Recuerdo cuando mis padres me criaban y me decían que debía ser un hombre de bien. Recuerdo las peleas, con ellos, con mis hermanos, con mis parientes, con mis amigos […] amigos, qué rara y lejana me resulta esa palabra ahora. Cuando era joven, me importaba, sentía que me daba aires de grandeza poder llamar a una persona ajena a mi familia Amigo, ahora que estoy en el confín de mis días, puedo decir que realmente no es así, no de egoísta, no, sino de sabiduría porque ahora me doy cuenta que de ellos, los que realmente eran mis amigos, son los que están ahora conmigo pero, un momento, me encuentro solo, ¿por qué será?, tal vez no los supe valorar en su debido momento por aquello no están aquí, junto a mí cuando más los necesito, cuando me gustaría decirles que de verdad los quise en algún instante de mi vida, que me perdonen, que de verdad fui un cobarde; a mi familia, me gustaría tener a mi madre a mi lado, decirle cuánto la quiero y cuánto la he extrañado desde que me dejó, no porque quiso sino porque fue su hora, tal como ahora es la mía mientras espero a que llegue por fin ese ser que pretende sacarme de mi vida y llevarme a un lugar que supuestamente es mejor.
Recuerdo los días que veraneaba junto a mi familia, éramos felices, excepto algunas peleas y discusiones pero a fin y a cabo éramos felices, nos teníamos a cada uno, nos ayudábamos y nos apoyábamos; así también rememoro el día de nuestra separación: frío, nublado y con un fuerte viento que hacía retumbar las ventanas, los muros y las puertas de esa iglesia, en ese maldito velorio que me separó de lo que más quería del mundo y quedé solo. Desde ese momento me cerré y no me importó nadie más que yo, clausuré todas las puertas y con eso oprimí también mi felicidad, es por eso que ahora me encuentro sumido en estos pensamientos, es por eso que no puedo morir tranquilo, es por eso que siento que dejé muchas cosas sin hacer y es por esto que me hago la siguiente pregunta: ¿Fue mi culpa? Quizás sí, quizás no; cuando llegue ella en poco tiempo más le preguntaré, a ver si tiene la respuesta, yo creo que sí, mal que mal, se supone que es poderosa, y si no la tiene, tendré que conformarme con saber que aunque haya sido en el último momento de mi vida, me arrepentí…
Ese aroma, me resulta familiar, me recuerda a mi madre cuando me hacía dormir, y esos pasos que vienen desde el pasillo próximo a mi lecho de muerte… esos pasos son de mi padre… y esas voces… voces que me hablaban siempre y me aconsejaban… son de mis hermanos y amigos… Ahora sé que no estoy solo, ahora sé que nunca estuve solo, ahora sé que lo único que debía hacer era decir lo que sentía y no guardarme como siempre pensé, o como pensé desde que me dejaron, pero eso no importa ahora, lo único que importa es que cuando llegue no estaré solo y cuando llegue me sentiré preparado para irme con ella. Con la Muerte”.
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Una de mis creaciones que más me gusta.